Rescatadas del lago de Texcoco
En 1542, el virrey don Antonio de Mendoza emitió un decreto que ordenaba la acuñación de moneda de cobre en la Nueva España. La de mayor denominación, fue la de 4 maravedís.
Estas piezas fueron rechazadas por los indígenas y a pesar de la orden de usarlas como moneda corriente, eran arrojadas al lago de Texcoco. José Manuel Sobrino, apunta: “Todavía en 1545, la Audiencia de México, en carta al Rey, afirmaba su convencimiento de que la moneda de cobre debía continuarse fabricando, pero ya en 1550 los miembros del Cabildo estaban acordes en que debía suspenderse su acuñación en vista de la actitud adverse de los indígenas. Es probable que la troquelación del cobre se haya suspendido por 1551 ó 1552, pues oficialmente se le retiró de la circulación por real cédula de 1556”. 1
El mismo autor, en otra edición de su libro agrega: “Poco se sabe de la técnica de acuñación de las monedas de este periodo debido a que era uso tradicional, desde la Edad Media, que los secretos de las artes y los oficios se guardaran celosamente; los trabajadores de la casa de moneda compraban sus empleos y tenían que capitalizar una habilidad que se transmitía de padres a hijos y a costa de años de aprendizaje. No se utilizaba maquinaria; la mano de obra la proveían los indígenas y los esclavos negros, quienes hacían el trabajo rudo y sucio, en tanto que la técnica y dirección provenían de los españoles”. 2
También se hicieron monedas con valor de 2 Maravadís. Miguel L. Muñóz, escribió sobre estas piezas: “Prácticamente todas desaparecieron de la circulación. Afortunadamente, al hacer excavaciones, algunas de 4 Maravadís, muy dañadas, han sido encontradas; pero pocas, muy pocas de 2 maravadís han sido recuperadas. Esto hace de esta moneda una de las más raras y codiciadas de la Numismática Mexicana”. 3
Anverso.- Una “K” con una corona sobre ella, un león del lado derecho y un castillo del izquierdo. Bajo la letra una granada y “Mo”. La leyenda –casi siempre incompleta- “Carlovs et Iohana Reges”.
Reverso.- Una letra “I” coronada, nuevamente el castillo y el león, uno de cada lado; abajo el numeral “4” y la leyenda o parte de ella: “Hispaniarvm et Indiarvm”.
Fuentes:
1. “La Moneda Mexicana, su historia”, Banco de México, S.A., México, 1972. Pág. 22
2. “La Moneda Mexicana, su historia”, Banco de México, S.A., México, 1989. Pág. 22
3. “Sociedad Numismática de México, Boletín No. 56”, México, 1967. Pág. 67
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Miguel Angel Villa Roiz
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