20 dic 2009

1/8 Real Paztcuaro

Moneda regional “de necesidad”

Las monedas regionales o municipales eran emitidas por alguna autoridad para satisfacer las necesidades de moneda fraccionaria en determinado territorio del país. De esta forma, mientras los “tlacos” eran emitidos por particulares, las monedas regionales eran acuñadas por algún estado o municipio.


Dice José Manuel Sobrino: “Por regla general, las monedas regionales sí muestran su valor; expresan el lugar de su emisión, y con frecuencia se les graba la expresión ‘Fondos públicos o Fondos municipales’; otras expresan las palabras ‘tanteo de… arbitrios públicos; Plaza Municipal de…’ etc. La circulación de esta moneda regional se circunscribía al municipio o pueblo que la lanzaba a la circulación, aunque podría ser utilizada en otros lugares con el resello respectivo de éstos”. 1

La moneda regional tenía mejor aceptación que los tlacos y, en sus diseños, frecuentemente incluían motivos típicos de la región o del país.

Miguel Muñoz, agrega: “En muchas monedas aparece la palabra ‘Ayuntamiento’ completa o abreviada. En algunos casos le antecede el tratamiento de ‘ilustre’ o simplemente la letra ‘H’ como abreviatura de ‘Honorable’. Otras veces, cuando las poblaciones lo tienen, muestra el escudo o las armas de la ciudad. Otras más tienen la osadía de usar nuestro escudo nacional con todo y ‘República Mexicana’, o cambiando esta leyenda por el nombre de la población, pero dejando el águila republicana devorando la serpiente y demás detalles…” 2

Una de estas piezas, con características propias, es precisamente el 1/8 de Real de Páztcuaro.

Anverso.- Tres cerros con un paisaje típico del lago, un pequeño bote con una persona remando y la leyenda: “Municip. De Paztcuaro. 1/8”. Unos patos se distinguen entre las aguas.



Reverso.- Una persona de pie en un bote, contiene en una mano un remo y en la otra, unos peces recién capturados.

No está fechada.



Fuentes:
1. “La Moneda Mexicana, Su Historia”, Banco de México, S.A., 1972. Págs. 285-286
2. “Artes de México. No. 103 Año XV 1968”, Monedas Mexicanas. Pág. 61


















12 dic 2009

100 Pesos Reforma Monetaria, 2005

Conmemora el Centenario de la Reforma de 1905

En 1905 se estableció en los Estados Unidos Mexicanos un nuevo orden en la política monetaria. Nuevos diseños, maquinaria moderna y el inicio de una nueva era, fueron algunos de los elementos que pusieron las bases de muchos aspectos que hasta la fecha se conservan en la Casa de Moneda de México.



El 2 de agosto de 2005, el entonces Presidente de la República, Vicente Fox Quesada publicó el decreto en el que se establecieron las características de tres nuevas monedas bimetálicas con valor nominal de 100 Pesos, una de ellas, precisamente, la que conmemora el Centenario de la Reforma Monetaria.

La pieza mide 39 milímetros, en centro es de plata Ley 0.925 y en anillo de aluminio-bronce. Su peso es de 33.96 g.

Anverso.- En Escudo Nacional dentro del núcleo de plata, el águila está de perfil hacia la izquierda. La leyenda “Estados Unidos Mexicanos”.

Reverso.- En el núcleo de plata un Gorro Frigio radiante, “1905. 2005 $100 Mo”. En el anillo, “Reforma Monetaria”.


Fuentes:
1. http://www.banxico.org.mx/documents/












28 nov 2009

25 CENTAVOS DE LA REPÚBLICA, TIPO BALANZA

Fueron acuñadas en diez Cecas de la República Mexicana

Las Casas de Moneda de Culiacán, Durango, Guadalajara, Álamos, Chihuahua, Guanajuato, Hermosillo, Ciudad de México, Potosí y Zacatecas, acuñaron esta moneda de plata de 25 centavos, tipo balanza.


Estas monedas salieron a la circulación por vez primera en 1869 y se acuñaron por última vez en 1892 (Cn). Tendrían que pasar casi sesenta años para que se volviera a usar este diseño en piezas de la misma denominación, esto fue hasta 1950 en que se retomó el diseño de la balanza en piezas de 25 centavos, pero con mucho menor contenido de plata (Ley 0.300) que las primeras, con 0.9030 de plata, la mayoría de ellas (Mo 0.9027).


Anverso.- El Escudo Nacional con el águila de frente volteando a la derecha, está postrada en los nopales y las ramas de roble y olivo. En el exergo la fecha y arriba, en semicírculo, “República Mexicana”.


Reverso.- Un juego de balanzas al centro, que representan al Poder Judicial; están sobre un pergamino con la palabra “Ley”, que representa al Poder Legislativo; se distingue una espada que representa al Poder Ejecutivo. Sobre este conjunto el gorro frigio resplandeciente, con la palabra “Libertad”. Abajo, en medio círculo: “25 Centavos”, la ceca de la Casa de Moneda que la acuñó, las iniciales del ensayador y la Ley de plata con que fue acuñada expresada en milésimos.


Probablemente las fechas más escasas y cotizadas en el mercado numismático, sean: Cn 1871, Cn 1872, Cn 1875, Cn 1880, Do 1878/7 y A 1881, entre otras. 1


Fuente:
1. “2008 North American Coins & Prices”, David c. Harper, Krause Publications, Iola, WI.





22 nov 2009

1/4 DE REAL DE SONORA

Estas monedas de cobre se acuñaron en 1859, 1861, 1862 y 1863
El Estado de Sonora no estuvo exento de la falta de moneda fraccionaria que ayudara en las pequeñas transacciones comerciales; así que con fecha 1859 y posteriormente de 1861 a 1863, hizo acuñar estas monedas de cobre, que desafortunadamente también tuvieron el rechazo de la sociedad, a tal grado, que se tuvieron que tomar medidas especiales.

Alberto Francisco Pradeau, escribió: “Al parecer, la moneda de cobre sólo era aceptada en determinados centros mercantiles, y para evitar la acumulación de ella y el consiguiente descuento que ocurriría, don Ignacio Pesqueira emitió la circular del 9 de mayo de 1862, en la que declaraba ‘que la moneda de cobre circule y sea de forzoso recibo en todos los Distritos y poblaciones del Estado, sin excepción alguna’ añadiendo que todos los pagos de contribuciones e impuestos del Estado y municipales debían hacerse en moneda de cobre”. 1

Las monedas fechadas en 1859, según comenta Pradeau, fueron hechas en la Casa de Moneda de Culiacán, mientras que las tres emisiones posteriores, se acuñaron en la ceca de Hermosillo.

Estos cobres están catalogados como KM# 365 y esta es su descripción:

Anverso.- El Escudo Nacional con el águila hacia la derecha y devorando una serpiente en el pico; en la parte inferior las tradicionales ramas y en la parte superior, en semicírculo, de manera abreviada: Estado Libre y Soberano de Sonora.

Reverso.- La figura femenina de la Libertad al centro, sentada y volteando a la izquierda; tiene una varilla y sobre ella el gorro frigio; la leyenda “Una Cuartilla de Real” y la fecha.

Su módulo es de 32 mm.

El Estado de Sonora, al igual que muchos otros, pronto se vio con un gran número de monedas de cobre, que los hizo tomar todo tipo de medidas, para empezarla a retirar de la circulación, proceso que duró varios años.


Fuentes:
1. “Historia Numismática de México de 1823 a 1950”, Tomo Segundo, Sociedad Numismática de México, 1960. Págs. 59-60.














18 nov 2009

1 Peso de Guerrero

¿Una moneda de la Revolución que contiene oro?
Emiliano Zapata ordenó la acuñación de estas monedas en el Estado de Guerrero. En estas piezas –a diferencia de Campo Morado ó Taxco, por ejemplo- sólo aparece la abreviatura “Gro.” como indicativo del lugar en donde fue acuñada. Otra característica muy importante que nos habla de su autor, es la leyenda: “Reforma Libertad Justicia y Ley”, ideales que siempre acompañaron a este personaje.

Alejandro Cortina y Cortina, en el Boletín # 167 (1995) de la Sociedad Numismática de México, comenta que “se considera muy probable que la mayoría de las piezas de Guerrero fueron hechas en la Hacienda de Atlixtac, lugar donde se tuvo la maquinaria adecuada y que durante un largo periodo permaneció en poder de las fuerzas zapatistas”.

Cuando cierta tropa revolucionaria lograba tomar por las armas algún poblado con centro minero, se adueñaba, desde luego, de los metales que ahí se encontraban; algunos de ellos, como es de suponer, estaban aun “sin apartar”, es decir, sin haber realizado el proceso a través del cual se separan los metales: se extrae el oro que se encuentra mezclado en la plata.

Las monedas del Estado de Guerrero, en sus denominaciones de 1 y 2 Pesos, tienen inscrita la palabra “Oro” en su reverso. ¿Esta moneda de la Revolución Mexicana contiene oro? La respuesta nos la dio el profesor Bernardo Eguia Lis, quien en 1955 fue comisionado por la Sociedad Numismática de México para encabezar un estudio que arrojó la siguiente conclusión: “Oro: 0.300 y Oro: 0595 no indican ley de oro en milésimos, sino probablemente contenido de gramos en oro en cada pieza (aproximadamente 0.257 y 0.486 gramos en las de 1914 de uno y dos pesos), esto en cuanto a las monedas de 1914; en cuanto a la de un peso de 1915, el Oro G. 0.300 no tiene justificación y es mentira, pues la ley de oro es de 0.003 (3 milésimos) y el contenido en la pieza es de 0.039 (39 miligramos). En la de dos pesos de 1915 tiene validez lo dicho para la de 1914”. 1

Es muy probable que Zapata haya tenido conocimiento de que los metales que poseía y con los cuales pretendía fabricar estas monedas de plata, estaban sin apartar, lo cual favoreció sus pretensiones, pues con ello, y es más, incluyendo en cada pieza la palabra “oro”, se tendría una mejor aceptación como pago a sus hombres.

Dice A. Cortina: “Zapata siempre tuvo pretensiones de legalidad. Este afán también se reflejó en sus monedas. Durante 1914 la emisión predominante fue la de plata; al año siguiente seguramente este metal comenzó a escasear y la mayoría de las acuñaciones fueron en cobre. Las piezas de uno y dos pesos eran de menor tamaño que las monedas oficiales. Como compensación por disminuir la cantidad de plata aparece en ellas la leyenda ‘Oro: 0,300’ en las de un peso y ‘Oro: 0,595’ en las de dos. Deducimos que estas cifras se refieren a gramos. Análisis posteriores han indicado que efectivamente existe en ellas una pequeña cantidad de metal áureo; posiblemente apartar los metales era costoso y complicado; tal vez por ello se redujo el tamaño y en compensación se indicó en las propias piezas el contenido del preciado elemento”. 2

La descripción de la moneda de 1 Peso del Estado de Guerrero (KM# 641), es la siguiente:

Anverso.- El Escudo Nacional con el águila de frente pero volteando hacia la derecha, la leyenda “República Mexicana” y, en el exergo, el valor de “Un Peso”.





Reverso.- El gorro frigio resplandeciente rodeado a tres cuartos por una guirnalda de laurel y encino; sobre él, en dos renglones, la inscripción “Gro. Oro: 0.300” rodeada de la leyenda “Reforma Libertad Justicia y Ley”; en el exergo, la fecha “1914”.




Existen muchas variedades de esta moneda, la gran mayoría de ellas fechadas en 1914 y sólo una en 1915: Carlos Gaytán reporta 16 variedades; Guthrie – Bothamley, 17; y Utberg, 8.




Fuentes:

1. “Sociedad Numismática de México, Boletín No. 36”, X Aniversario. México, 1962. Pág. 145.
2. “Sociedad Numismática de México, Quincuagésimo Aniversario”, el Boletín Numismático, artículo de Alejandro Cortina, México, 2002. Pág. 109



12 nov 2009

1 Peso Sinaloa de la Revolución

Se hicieron fundidas en moldes de arena, usando como modelo piezas de 8 Reales republicanos y 1 Peso porfiriano

Probablemente una de las piezas más rudimentarias y mal hechas de la Revolución Mexicana, sea precisamente la moneda de 1 Peso fabricada en Sinaloa, hacia 1913, quizá por órdenes del general Rafael Buelna. Es una moneda vaciada, es decir, fundida, y seguramente una de las primeras de ese período.

José Manuel Sobrino, explica: “Estas monedas se hicieron fabricando moldes de arena y utilizando como modelo monedas de 8 reales del cuño oficial de las troqueladas entre 1898 y 1909. La emisión, muy defectuosa, fue de 25 mil piezas de un peso. Poco después, estas monedas fueron ensayadas y se encontró que tenían un ligero contenido de oro y que pesaban un quinto más que el peso común (32.7 gramos, aproximadamente), por lo cual se procedió a recogerlas y fundirlas. Los pesos que se escaparon de la fundición fueron resellados por el general Juan Carrasco con las iniciales G.C.”. 1 Algunos interpretan estas letras como “General Carrasco”, otros, como “Gobierno Constitucionalista”.

Poco después se hizo una segunda emisión, un poco mejor fundidas, pero irregulares en sus bordes, por lo que tuvieron que limarlas. Alejandro Cortina y Cortina, escribió en el Boletín #167: “Fueron hechas con el metal procedente del mineral de Pánuco. También son conocidas como ‘pesos carrasqueños’, lo que se debe al general Juan Carrasco… Este personaje, a quien apodaban ‘El Calero’, por haber trabajado en unas minas de cal, estaba entonces a las órdenes de Buelna y posteriormente se uniría al carrancismo”. 2

Carlos Gaytán, por su parte, señala: “El señor Wood, en 1928, dio la versión que este tipo de ejemplares había sido manufacturado primero por el General Rafael Buelna en Rosario, Sin. y luego por el General Juan Carrasco en Culiacán, la Capital de ese Estado, en el Otoño de 1913. Pero en una sesión de la Sociedad Numismática de México –mayo de 1968-, un ameritado revolucionario, el ingeniero Juan de Dios Bátiz, iba a sustentar una conferencia que al fin no fue rendida por motivos de última hora, pero corrió la versión de que el mencionado ingeniero Bátiz afirmaba que todas las piezas tipo Sinaloa – Vaciadas habían sido elaboradas en una sola población del Estado –parece que en el Mineral El Refugio-, y que, no habían sido hechas en 1913 sino en Julio de 1914”. 3

Así que ciertamente no sabemos en qué poblado de Sinaloa se hicieron, ni si fue en 1913 ó 1914; pero de lo que no nos queda la menor duda, es que estamos ante las monedas más ilegibles de toda la Revolución Mexicana. En lo personal, son las únicas piezas fundidas de este período, que reconozco como auténticas.

Anverso.- Se logra distinguir el Escudo Nacional tipo de las monedas de 8 Reales o de 1 Peso porfiriano.

Reverso.- Se logra distinguir el gorro frigio resplandeciente, según la pieza que se haya usado de molde, sea de 8 Reales o de 1 Peso.


Fuentes:
1. “La Moneda Mexicana, su historia”, Banco de México, S.A., México, 1972. Pág. 237
2. “Sociedad Numismática de México. Quincuagésimo Aniversario”, México, 2002. Pág. 105
3. “La Revolución Mexicana y sus monedas”, Editorial Diana, México, 1969. Págs. 216-217














7 nov 2009

El “gorro frigio”: símbolo de libertad

Fue incluido en muchas monedas mexicanas… y de otros países

La región de Phrygia, o Frigia en castellano, estaba ubicada en Asia Menor; hoy estaría en lo que actualmente es Turquía. En esta región nació una prenda muy peculiar: un gorro, que al parecer -junto a túnicas y capas- era parte del atuendo que usaban principalmente los orientales.


Con el Imperio Romano, fue conocido como “pileus”; este accesorio fue retomado para ser usado por los esclavos que dejaban de serlo, como un signo de libertad. Después de la muerte de Julio César y como símbolo de liberación de la tiranía del emperador, se acuñó una moneda en la que se incluía en el diseño el mencionado gorro.







Pierre Miñón M., comenta: “Los frigios tuvieron influencia entre los griegos y los romanos y una de las primeras monedas en que aparece el gorro frigio es en una pieza de la región de Scylletium del s. IV ac de bronce de aproximadamente 20 mm. de módulo en la que aparece un hombre barbado usando un píleo laureado”. 1


En la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, se usó con el mismo propósito; y, durante la Revolución Francesa, se volvió a tomar esta prenda como estandarte de lucha y libertad.


Muchos países adquirieron al “gorro frigio” como signo de libertad, incluyéndolo en sus monedas y símbolos patrios. Se convirtió en un estandarte internacional usado en Repúblicas como Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, El Salvador, Nicaragua y Paraguay, por mencionar sólo algunas.


En México se usó por primera vez en codiciadas monedas de 8 Reales conocidas como de “águila de perfil” y acuñadas en la ceca “Mo” en 1823. Se siguió incluyendo el gorro frigio en las monedas de todas las denominaciones de Reales y Escudos Republicanos; en muchas de las piezas de cobre federales y de los estados; en varias denominaciones del Sistema Decimal y del siglo XX. Se usó por última vez en la moneda de circulación corriente, en 1974, con los 20 Centavos de bronce que en el anverso tienen a la pirámide de Teotihuacán y entre el número “20”, el gorro frigio resplandeciente.





Fuentes:
1. “Sociedad Numismática de México, A.C., Boletín 141-143. México, 1989. Págs. 136-137



1 nov 2009

1/4 DE REAL DE DURANGO, 1872

Fue la última emisión de los “cobres de los Estados”

La Casa de Moneda de Durango, emitió varias piezas de cobre durante el período republicano. La pieza que ahora presentamos, está fechada exclusivamente en 1872 y fue la última moneda de cobre que se acuñó en la serie conocida como “cobres de los Estados”.


Alberto Francisco Pradeau, comenta: “Al caer parte del Estado en poder de los pronunciados por el movimiento conocido por Sufragio Libre, el gobernador, Lic. Juan Hernández y Marín, se vio obligado a abandonar la capital, la que fue ocupada por los rebeldes haciéndose cargo del gobierno el Coronel Tomás Borrego, quien permaneció en él hasta el 20 de marzo de 1872. Durante ese corto período se hizo la última emisión heterodoxa de moneda de cobre”. 1


Esta moneda, catalogada como KM# 350, tiene la siguiente descripción:


Anverso.- El águila de frente y volteando a la derecha, posada sobre el nopal; y la leyenda “Estado de Durango” al margen superior.


Reverso.- el valor “1/4” al centro, rodeado de la leyenda “Sufragio Librea” y la fecha “1872”; todo rodeado por una corona de laurel y encina.


El módulo de esta pieza es de 27mm., y su peso de 7.5 gramos.


Fuentes:
1. “Historia Numismática de México, de 1823 a 1950”, Tomo Segundo, Sociedad Numismática de México, 1960. Pág. 401.




n








23 oct 2009

20 Centavos Cristeros, 1926

Con la acuñación de esta moneda, la “LNDR” tomó las armas


Probablemente fue la llamada “Rebelión Cristera”, el principal conflicto político de Plutarco Elías Calles como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, y decimos probablemente, porque también se enfrentó a otra crisis: la lucha por la sucesión presidencial cuando Álvaro Obregón hizo públicas sus intenciones de volverse a sentar en la silla presidencial. Fue un gobernante de carácter; fundador del Banco de México, por cierto.

Pero hablemos de nuestro tema: los cristeros. Su origen: la ruptura entre el Estado mexicano y la Iglesia Católica. El país atravesaba por tiempos difíciles económica y políticamente hablando. Muchas circunstancias llevaron a una situación muy tensa. El Artículo 130 de la Constitución de 1917 empezó el conflicto: el desconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia, la tipificación del sacerdocio como una actividad profesional con las obligaciones fiscales de cualquier profesionista, la limitación de sacerdotes según las necesidades de cada entidad y el requisito de que los sacerdotes debían ser mexicanos, entre otros preceptos. Calles aplicó como Presidente de la República el plan antirreligioso que había iniciado como gobernador provisional de Sonora.

A principios de 1925, se pretendía crear en México una Iglesia separada del Papa, para lo cual, se le encomendó al sacerdote José Joaquín Pérez encabezar este proyecto desde un templo de la Ciudad de México que fue tomado por la fuerza. “Los católicos veían con gran temor el advenimiento de Calles al poder, ya que proyectaba la creación de una iglesia ‘Mexicana Independiente’, como lo declaró el viejo sacerdote Joaquín Pérez el 21 de febrero de 1925 en el antiguo Templo de la Soledad, edificado en 1534”. 1

Mientras tanto, en Tabasco, el Gobernador Tomás Garrido Canabal, radicalmente absolutista y anticlerical, decretaba medidas a través de la legislatura que exigían al presbítero tener más de 40 años de edad y ser casado, para poder ejercer el culto católico.

Ante tal situación, las juventudes católicas se agruparon y formaron la “LNDR” (Liga Nacional de Defensa de la Libertad Religiosa).

Los conflictos entre la Iglesia Católica y el Estado, se fueron agudizando, a tal grado que se ordenó la limitación de sacerdotes en funciones a uno por cada seis mil habitantes; debían ser “autorizados” y observar todas las reformas que se hicieron al Código Penal con estrictas penas a quienes incurrieran en alguna falta. A estos decretos, pronto se les llamó: la “Ley Calles”. “La crisis para la Iglesia se agudizó cuando El Universal publicó declaraciones tergiversadas del arzobispo José Mora y del Río, criticando varios artículos constitucionales”. 2

En su observancia, se clausuraron templos, conventos, capillas y se expulsaron del país a los sacerdotes extranjeros.

Las autoridades eclesiásticas no encontraron otra opción, que recurrir a la suspensión del culto, opción que sometieron a aprobación del Vaticano. Mientras esto sucedía, las autoridades eclesiásticas en México simpatizaban cada vez más con las intenciones de la “LNDR” de boicotear al gobierno.

El 31 de julio de 1926, al entrar en vigor en el Código Penal los decretos y sanciones dictadas por Plutarco Elías Calles en su controvertida ley, el episcopado mexicano contó con la aprobación de Vaticano y poco después el culto fue suspendido. La liga inició también el boicot, promoviendo la abstención de pago de impuestos, compra de combustibles y el consumo de todo lo que fuera comercializado por el gobierno. Las consecuencias económicas no se hicieron esperar, ni la drástica reacción de las autoridades que ordenaron el arresto de todos los involucrados en el boicot. Ante tales medidas, la “LNDR” tomó las armas y se acuñó con carácter de provisional, la moneda de 20 centavos que nos ocupa en esta ocasión.

En enero de 1927 estalló el levantamiento en Jalisco y pronto se expandió en otros estados del país.

La “Rebelión Cristera” o la “Cristiada”, como también se le conoce, empezó ese 1927 con el propósito principal de defender la religión católica, que consideraban amenazada por el Estado, la libertad de culto. Causó muchas muertes con un ¡Viva Cristo Rey! como último aliento. Las fuerzas eran desiguales, pues muy pocos cristeros tenían experiencia con las armas.

En 1928 tuvo que intervenir Álvaro Obregón y la Embajada de los Estados Unidos como mediadores de las partes. Los arreglos, por llamarles de alguna manera, quedaron acordados al terminar la primera mitad de 1929 cuando ambas partes fueron cediendo muchas de sus exigencias a favor de la paz y para evitar más derramamiento de sangre. Cabe aclarar que el tema no quedó olvidado, pues se prolongó por varios años más a través de diferentes acontecimientos.

Las monedas Cristeras fueron provisionales, ya lo dijimos, una promesa de pago y poco prácticas.

Esta moneda, temprana, quizá circuló principalmente en el estado de Jalisco; es de bronce, pesa sólo 1.98 gramos y mide 19 milímetros. Está fechada en 1926. Si la observamos bien, se podrá descubrir que en la parte superior tiene un pequeño borde de alguna soldadura: seguramente llevaba una colgadera que le fue cortada.

La descripción de esta pieza, es la siguiente:

Anverso.- Al centro está el águila, símbolo del Escudo Nacional mexicano, volteando a la derecha, está postrada sobre un islote, abajo las ramas de laurel y encino y cuatro puntos; arriba y en semicírculo, 9 estrellas.

Reverso.- El número “20” al centro y sobre él, el sol resplandeciente, abajo, la fecha “1926” y en semicírculos las ramas de laurel y encino.


Fuentes:
1. “El Boletín Numismático No. 204”, Sociedad Numismática de México, A.C., Anna María Cross de Torres, 2004. Pág. 11
2. “El Buen Camino”, Villa Roiz, México, 2009. Pág. 502












20 oct 2009

8 Reales SUD de plata

Difícilmente alguien se atreve a asegurar, sin temor a equivocarse, si cierta pieza es auténtica ¡o espuria!

El movimiento de Independencia ya había iniciado en México, un mes después, el 20 de octubre de 1810, don José María Morelos fue nombrado por Miguel Hidalgo Comandante del Ejército del Sur, con la encomienda de apoderarse de ciudades como Acapulco. Al mando de casi tres mil hombres, extendió la Revolución a los estados de Guerrero y Oaxaca: la costa del “SUD”.


Al escasear la moneda y para poder pagar a sus hombres, emite un bando el 13 de julio de 1911, en el que ordena la acuñación de piezas primero de cobre, en calidad de libranza, como promesa de pago mientras durara la lucha armada, para ser cambiada por moneda legal o metales preciosos al finalizar el movimiento, cosa que nunca llegó a suceder, por cierto. Estas piezas llevan la palabra “SUD” en el anverso y el monograma de Morelos en el reverso. Pareciera que no hay dos piezas iguales de estos cobres, pues hay un sinfín de variedades, tamaños, grosores y diseños. La gran mayoría se distingue fácilmente por el campo emparrado. Más tarde vendría la acuñación en plata.


José Manuel Sobrino, apunta: “Morelos atacó y tomó Oaxaca el 25 de noviembre de 1812 apoderándose de un botín de unos tres millones de pesos. Encontró a esa sazón que la moneda circulante era la provincial que acuñó a principios de 1812 el jefe realista Antonio González Saravia. La gran mayoría de barras de plata que halló en esa ciudad, aumentadas con las que trajo una caravana de mulas, permitió a Morelos reanudar sus acuñaciones, esta vez de plata, tanto del tipo Sud como de una variedad parecida a la provincial de Oaxaca”. 1


La moneda que aquí presentamos, fue vaciada en plata, catalogada como KM # 235; muchas de las monedas SUD de Plata –la gran mayoría- son consideradas como espurias, por lo que es muy difícil encontrarse con una persona que se atreva a asegurarnos si cierto ejemplar es auténtico o ilegítimo. Duncan McConnell, opina: “Es muy difícil saber qué criterio aplicar para reconocer una falsificación cuando la moneda auténtica es fundida y no troquelada. La ley debería estar por arriba de 0.850 para una moneda de plata, pero no es posible determinarla sin dañar la moneda”. 2


Yo, en lo personal, estoy muy contento con la pieza que les presento; así que prefiero vivir con la duda, que morir de la preocupación.


Anverso.- El arco y la flecha apuntando hacia arriba, entre dos especie de alas; la palabra “SUD” con la ornamentación de parra y racimos de uvas.


Reverso.- El monograma de Morelos que contiene las letras “M.O.S”, abreviatura de su apellido aunque no en este orden, sino “S.M.O.”; el valor “8 R.” y la fecha “1812”; en tres renglones y rodeados por la ornamentación de parras.


Morelos emplea las parras de vid, como una forma de protesta contra las autoridades y terratenientes por el monopolio de este cultivo. José Luis Franco C., dice: “Una posible razón para que los insurgentes usaran la vid como símbolo: el hecho, muy notorio, de los cultivos que de esta planta emprendió el cura Hidalgo -en cierto modo como reto a los colonizadores- junto con otros cultivos y artesanías que estaban prohibidos a los habitantes de América, pues por su gran lucratividad, la corona los había declarado monopolio de España”. 3


El arco y la flecha, un arma a final de cuentas, representa la lucha del pueblo de México en el camino hacia su Independencia.
Falsa


Fuentes:
1. “La Moneda Mexicana, Su Historia”, Banco de México, S.A., México, 1972. Págs. 69-70
2. “Boletín No. 80”, Sociedad Numismática de México, A.C., México, 1973. Pág. 97
3. “Boletín No. 76”, Sociedad Numismática de México, A.C., México, 1972. Pág. 282


15 oct 2009

San Eloy: Santo Patrono de los Numismáticos

Su nombre procede del latín “Eligius” / “Eligio”, que significa “el elegido, el preferido”

El Santoral de la Iglesia Católica festeja cada 1° de diciembre a San Eloy, también conocido como San Eligio, protector de los orfebres, herreros, plateros, joyeros y de los… ¡Numismáticos! o por lo menos de eso estamos seguros muchos coleccionistas y asociaciones, como la Sociedad Numismática Avilesina, de España, que ha subido la propuesta a diferentes autoridades eclesiásticas para que sea declarado oficialmente como Santo de los Numismáticos.


San Eloy nació en Chatelac, cerca de Limoges, Francia, alrededor del año 588. Desde muy pequeño mostró sus habilidades para trabajar como herrador, así que su padre consiguió que aprendiera las artes de la orfebrería al lado de Abon, el artesano encargado de la fabricación de monedas en su pueblo natal.

Poco después se trasladó a Paris, donde hizo amistad con el tesorero del rey; su más célebre anécdota cuenta que fabricó dos tronos para el soberano, con los metales y joyas destinados para uno solo 1; el rey quedó muy complacido, pero sobre todo asombrado con su rectitud y honradez, así que Clotario II, lo nombró Jefe de la Casa de Moneda. San Eloy sin duda alguna dominaba las técnicas de aleación de metales, gracias a las cuales pudo sorprender de esta manera al rey al lograr aumentar la cantidad y la resistencia de los mismos para fabricar dos tronos en lugar de uno.

Cuando Dagoberto I subió al trono, fabricó numerosos relicarios, sagrarios, cálices… Los restos de muchos santos fueron depositados en obras fabricadas por San Eloy. El rey le tenía tanta confianza, que lo nombró también su consejero y embajador en Bretaña, además de continuar como responsable de la acuñación de moneda; quizá hasta coleccionó algunas de ellas.

Respecto a las monedas acuñadas por San Eloy como responsable de la Casa de Moneda de Paris, Carlos Abel Amaya nos dice: “Se conocen trece variedades de monedas de oro con sus iniciales acuñadas en Paris, todas tienen el busto del rey en el anverso y una cruz en el reverso”. 2

San Eloy destacó siempre y de manera excepcional, por su preocupación y generosidad con los necesitados. Todo lo que ganaba lo repartía entre ellos. Encaminó también su apostolado al rescate de cautivos.

Tuvo vocación religiosa y se ordenó como Sacerdote. Fundó monasterios e iglesias. “En el año 639 fue ordenado presbítero, y en 641 fue nombrado obispo de Noyon”. 3

Es recordado de manera especial por sus sermones. Participó en el año 644 en el Concilio de Chalons-sur-Seine.

Murió el 1° de diciembre del año 660, habiéndose ganado todo el respeto y admiración de quienes lo conocieron.

Si también es, entonces, San Eloy el Santo Patrono de los Numismáticos, la invitación sería imitar su humildad, su generosidad, su preocupación por los necesitados; para como él, tratar de alcanzar la santidad a través de lo que tanto nos gusta: las monedas.




El Dr. Carlos Abel Amaya Guerra, muy amablemente, me permite reproducir esta Oración que publicó en su libro “La Biblia a través de sus Monedas”, edición impresa para la Sociedad Numismática de Monterrey, A.C., en 2006:

ORACIÓN DEL NUMISMÁTICO

Señor Dios, tú que creaste todas las cosas para nuestro provecho
y alentaste a Noé para que fuera el primer coleccionista
ayudándote así a salvar y glorificar parte de tu creación;
haz de nuestra colección numismática un instrumento
para preservar y admirar el trabajo del hombre,
la inspiración del artista y la belleza de los materiales que creaste.

Danos la sabiduría y la paciencia para compartir lo poco que sabemos,
la sensibilidad del buen samaritano para ayudar al que lo necesite
y la sagacidad del administrador para invertir en el tesoro verdadero.
Ayúdanos a vencer nuestra avaricia con la generosidad de la viuda pobre
para entregar hasta nuestras dos últimas monedas; y así, libres,
esforzarnos en encontrar la dracma de tu voluntad.

No permitas que te traicionemos por algunas monedas, antes bien, haz;
que al igual que tu siervo San Eligio, dupliquemos los talentos
que nos distes para gozosos recibir el denario de tu justicia.
Preserva nuestra colección para las futuras generaciones;
al igual que nuestra alma, cúbrela con la patina de tu protección
y enséñanos el camino al lugar donde ni el ladrón llega ni el moho corroe.

Amén.

Fuentes:
1. “Los Diccionarios del Arte. Santos”, Rosa Giorgi, Electa, Barcelona, 2008. Pág. 114
2. “La Biblia a través de sus Monedas”, Guía sobre la Numismática Bíblica, Sociedad Numismática de Monterrey, 2006. Pág. 226
3. “Diccionario Ilustrado de los Santos”, Schauber – Schindler, Grijalbo, Barcelona, 2001. Pág. 184



8 oct 2009

50 centavos Taxco Plata

Un poblado ubicado en la zona minera de la Sierra Madre Sur
El poblado de Taxco está ubicado en la sierra del Estado de Guerrero y se caracteriza por sus yacimientos de minerales, sobre todo de plata. Su fama data desde tiempos prehispánicos.

Esta moneda acuñada durante la Revolución Mexicana, es catalogada como (GB 228) y tiene las siguientes características:

Anverso.- El águila del Escudo Nacional hacia la derecha y la leyenda “República Mexicana”.






Reverso.- Un sol radiante en el que está inscrita la fecha “1915”, al centro y antes de una raya: “_50” seguido del símbolo de centavos y abajo, entre dos estrellas “Taxco”, abajo “Gro.” Todo esto en tres renglones y sobre la guirnalda.





Carlos Gaytán, en su libro “La Revolución Mexicana y sus monedas”, la cataloga con el número “80” y la coloca como “muy escasa”. 1

Fuentes:
1. Op. Cit. Pág. 122














30 sept 2009

50 Centavos Atlihuayán, Morelos. GB# 279

Estas monedas fueron acuñadas en la Hacienda de Atlihuayán, muy cerca de Yautepec, Estado de Morelos

Yautepec es actualmente, un Municipio del Estado de Morelos, rico por su agricultura, pero sobre todo, por sus yacimientos minerales, muchos ellos, aún sin explotar. Fue cuartel general de Emiliano Zapata y muy cerca de este poblado estaba la hacienda de Atlihuayán, lugar en el que según la opinión de muchos, fueron acuñadas estas monedas durante la Revolución Mexicana.

“Las monedas revolucionarias del Estado de Morelos se acuñaron en lo que fue la hacienda azucarera de Atlihuayán por orden del general zapatista Amador Salazar. La acuñación, sólo en cobre, se efectuó a fines de 1915 y principios de 1916”. 1
La moneda ilustrada está catalogada como la GB# 279.  Hay otras variedades de esta denominación.

Anverso.- El Escudo Nacional con el águila volteando a la derecha, sobre la guirnalda y la leyenda “República Mexicana”.

Reverso.- El número “50” sobre el signo de centavos, abajo una corona de laurel y sobre el valor la fecha: “1915”.

Fuentes:

1. “La Moneda Mexicana, su historia”, José Manuel Sobrino, Banco de México, S.A., México, 1972. Pág. 264














27 sept 2009

2 Pesos Campo Morado

Su diseño es muy parecido a las de Guerrero, de la misma denominación

Estas piezas fueron elaboradas durante la Revolución Mexicana, con plata procedente del mineral Campo Morado, en el Estado de Guerrero.




Alejandro Cortina y Cortina, publicó en el Boletín # 167 de la Sociedad Numismática de México: “En el sur, en las sierras de los estados de Morelos, México y Guerrero, se alzó la figura de otro personaje revolucionario: Emiliano Zapata. Sus ideales u anhelos, desvirtuados frecuentemente en épocas posteriores por conveniencias políticas, eran inflexibles e inquebrantables. Se plasmaron en el Plan de Ayala y se sintetizan en el lema ‘Reforma, Libertad, Justicia y Ley’. Con este axioma se rubricaron sus documentos y se estamparon casi todas sus monedas”. 1 Zapata, a quien se atribuye la acuñación de un importante número de monedas de la Revolución, fue un incansable defensor de sus ideas agrarias.

Muy parecidas a otras monedas fabricadas en Guerrero, la que presentamos en esta ocasión se distingue por la presencia de las iniciales “Co. Mo.”, en el exergo. Referentes precisamente a “Campo Morado”.



Anverso.- El Escudo Nacional con el águila volteando a la derecha. Sobre ella, la leyenda “República Mexicana”; abajo, “Dos Pesos. Gro. 1915”.



Reverso.- Un sol radiante, cuyos rayos se enciman con la inscripción “Oro: 0, 595”. Dos montañas y un volcán. En el exergo la ceca “Co. Mo.”, con una raya bajo cada “o”, y sobre todo el diseño, la leyenda: “Reforma, Libertad, Justicia y Ley”.



Fuentes:
1. “Sociedad Numismática de México, A.C., Quincuagésimo Aniversario”, Boletín 194-196, 2002. Pág. 108

















23 sept 2009

1 Real Felipe II

Primeras monedas macuquinas

Felipe II fue sucesor de su padre, Carlos I de España. Gobernó de 1556 hasta su muerte en 1598. Fiel seguidor de la religión Católica, sus convicciones en este respecto fueron tan fuertes, que terminaron en una histórica derrota contra la reina Isabel I de Inglaterra.


Al terminar la acuñación de las piezas conocidas como de “Carlos y Juana”, inició otra en nuestra numismática, la moneda macuquina que se caracteriza por su mala fabricación; esto fue en el año 1572. Su manufactura era manual.

Respecto a las monedas de tipo macuquino, José Manuel Sobrino comenta: “El significado de este adjetivo ha sido motivo de diversas interpretaciones; en lo único en que se está acorde es en considerar como moneda macuquina a la acuñada toscamente en cospeles irregulares, sin cordón, de espesor variable y que en México se fabricó hasta que, por real cédula de Felipe V, de 9 de junio de 1728, se dispuso el cambio total de los tipos monetarios circulantes de oro y plata”. 1


Las piezas de 1 Real, tienen las siguientes características:


Anverso.- En escudo de armas, la ceca, la inicial del ensayador. No se indica el valor en esta denominación. La inscripción: “Philippvs II Dei Gratia”.


Reverso.- Una cruz, los leones y castillos y la leyenda “Hispaniarvm Et Indiarvm”. Dice José Manuel Sobrino: “Figura una cruz unilateral potenzada pometeada, es decir que sus brazos rematan en dos horcas divergentes y una esfera; otras veces rematan en tres puntas, asemejándose a las flordelisadas. Estas cruces características sólo se encuentran en las monedas labradas en la Casa de México, con excepción quizá de las primeras que se acuñaron; la cruz se encuentra rodeada por un arco ornamental de líneas curvas…” 2 Otra fuente, agrega: “La cruz del reverso con puntas redondeadas, distinguía a las monedas de México de las acuñadas en otras Casas de Moneda hispanoamericanas que empleaban una cruz potenzada o de Jerusalén”. 3



Fuentes:
1. “La Moneda Mexicana, su historia”, Banco de México, S.A., México, 1989. Pág. 24
2. “La Moneda Mexicana, su historia”, Banco de México, S.A., México, 1972. Págs. 25-26
3. “Casa de Moneda de México, Presencia en el Mundo”, Miguel Angel Porrúa, México, 1990. Pág. 73












19 sept 2009

1 Centavo Plomo, Durango

Esta moneda fue acuñada en la ciudad de Durango

El Estado de Durango, en 1914 –en plena Revolución Mexicana- estaba controlado por los villistas. Ya se habían acuñado en Cuencamé las célebres piezas con la leyenda de “Muera Huerta”; sin embargo, la necesidad de moneda fraccionaria obligó a los revolucionarios a fabricar piezas de baja denominación que facilitaban las transacciones. Los centavos a los que aquí nos referimos, seguramente fueron acuñados en la capital del estado.

Estas piezas revolucionarias de tan sencillo diseño, fueron también acuñadas en plomo, y son prácticamente idénticas a las existentes en cobre. Existen muchas variedades en las monedas de esta denominación, ya sea en el estilo de sus letras y números, así como en el resultado de la combinación de estas variantes.




Anverso.- Al centro y sobre tres estrellas, la fecha “1914” y sobre ésta, “E. de Durango”.




Reverso.- El valor representado por un número “1” largo, sobre la abreviatura “Cent”. Todo rodeado por unos puntos irregulares.

Pieza catalogada como GB 112.













8 Reales de Fernando VI

En 1754 se la columna izquierda de Hércules cambia de “Real” a “Imperial”

Fernando VI también fue hijo de Felipe V. Se casó a los 16 años de edad con Bárbara de Braganza, quien murió sin darle herederos. La pérdida de su esposa lo llevó a una profunda crisis emocional que no pudo superar. Murió en 1759

Las piezas de tipo columnario correspondientes a este monarca, se acuñaron entre 1747 y 1760, inclusive un año después de su muerte.

José Manuel Sobrino, apunta: “Durante el reinado de Fernando VI se dictan las ordenanzas del 1 de agosto de 1750 para la Casa de Moneda de México y demás de América ‘en lo que sea adoptable’. En ellas se señalan derechos y obligaciones de los ministros, oficiales y operarios de las cecas. La real cédula de 4 de mayo de 1754 dispone que en América sólo circulen las monedas acuñadas en sus propias cecas”. 1

Anverso.- El Escudo coronado de España y la leyenda: “Ferdnd VI. D.G. Hispan. Et Ind. Rex”. La denominación “8” Reales y la inicial del ensayador.

Reverso.- Los dos mundos unidos bajo una corona y sobre las aguas del océano, las dos columnas de Hércules con la inscripción “Plus Ultra”. La leyenda: “Vtraque Vnum”, la ceca “Mo” y la fecha.

“En 1754, en las monedas de 8R la corona encima de la columna izquierda de Hércules, se convierte de real en imperial y la columna de la derecha conserva su misma columna real”. 2 Antonio Deana Salmerón, escribió en el Boletín #80 de la Sociedad Numismática de México: “Nadie ha podido dar una explicación ni una razón poderosa para haber efectuado tal cambio en las coronas. Sólo se dice que se quiso dar el título de Emperador a Fernando VI, título ostentado por el Emperador Carlos V, que al mismo tiempo era llamado Carlos I de España”. 3


Fuentes:
1. “La Moneda Mexicana, su historia”, Banco de México, S.A., México, 1989. Pág. 30
2. “Casa de Moneda de México, Presencia en el Mundo”, Miguel Angel Porrúa, México, 1990. Pág. 85
3. “Sociedad Numismática de México, A.C., Quincuagésimo Aniversario”, Boletín 194-196, 2002. Pág. 43
















15 sept 2009

8 Reales L.V.O.

Fueron acuñados en la Casa de Moneda Provisional de Zacatecas

Al iniciarse el movimiento de Independencia en México en 1810, la lucha armada impidió el abastecimiento de la moneda a través de todo el país, por esta razón, se establecieron Casas de Moneda provisionales en muchos Estados. Tanto realistas como insurgentes tuvieron que recurrir a moneda provisional o de necesidad. De 1810 a 1821 surge una interesante etapa en la Numismática Mexicana, con interesantes pero rudimentarias acuñaciones que se hicieron en varias entidades, una de ellas, quizá la más prolífica: Zacatecas. Su primer director fue Manuel Ramos. 1

Escribe José Manuel Sobrino: “La autorización para erigir esta casa provisional fue otorgada en octubre de 1810 por el Conde de la Laguna, Intendente de la Provincia de Zacatecas, y las operaciones de acuñación comenzaron el 14 de noviembre de 1810… El licenciado Ignacio López Rayón entró a la ciudad de Zacatecas el 15 de abril de 1811 y salió de ella el 1º de mayo del mismo año. En ese breve período, López Rayón, constituido en jefe de la insurrección debido a la captura de Hidalgo, adquirió importantes cantidades de metal e hizo acuñar monedas de ocho reales con los troqueles que había en la casa provisional de Zacatecas”. 2

La pieza a continuación descrita, corresponde a un segundo tipo troquelado exclusivamente en el segundo trimestre de 1811, y que tienen un poco mejor acabado que las primeras emitidas a finales de 1810 y principios del siguiente. Su contenido en plata es de 0.9030.

Anverso.- El Escudo Real, con los castillos y leones; las dos columnas con la inscripción “Plvs Vltra” la leyenda: “Ferdin VII Dei Gratia”. El valor “8R” y la fecha “1811”.

Reverso.- Dentro de un medio círculo punteado, una representación del Cerro de la Bufa con una cruz en su parte más alta. En la parte de abajo, las iniciales “L.V.O.” (Labor Vincit Omnia) 3, que se traduce por “el trabajo lo vence todo”. La leyenda “Moneda Provisional de Zacatecas”.

Enrique Torres de Alba, publicó en el Boletín # 101 de la Sociedad Numismática de México: "El lema del escudo de Zacatecas, escogido por Felipe II ‘Labor Vincit Omnia’, fue tomado de un verso de las Geórgicas en el que Virgilio canta la apoteosis del trabajo: …Labor omnia vincit, Improbus, et duris urgens in rebús egestas. (Todo lo vence el trabajo ímprobo aún a la miseria que estimula en las arduas pruebas). Es aquí donde se genera, con una simplificación del escudo de Zacatecas el anverso de la moneda Provisional de Zacatecas que conocemos como moneda L.V.O.” 4


Fuentes:
1. “La Casa de Moneda de México a más de 450 años”, Miguel Angel Porrúa, México, 1989. Pág. 82
2. “La Moneda Mexicana, su historia”, Banco de México, S.A., México, 1972. Pág. 58
3. Op. Cit. Pág. 60
4. “Sociedad Numismática de México, A.C., Quincuagésimo Aniversario”, Boletín 194-196, 2002. Pág. 55

8 sept 2009

8 Reales Columnarios de Carlos III

Con este monarca termina la acuñación de moneda Columnaria


El rey Carlos III fue hijo de Felipe V; antes de ser coronado como monarca español, ya era rey de Nápoles. Destacó en muchos aspectos, principalmente por la forma en que llevó a sus gobernados a la modernidad, aunque en la gran mayoría de los casos el precio que tuvieron que pagar a través de impuestos fue muy alto. Gobernó de 1759 a 1788.

“Creó academias, protegió la agricultura, estableció el Banco de San Carlos y a él se debe la fundación en Nueva España de la Real Academia de San Carlos de Bellas Artes según Real Orden del 25 de diciembre de 1783, permaneciendo la Escuela sus primeros cuatro años en la Casa de Moneda”. 1

Carlos III supo capitalizar la prosperidad lograda por sus antecesores y justo durante su reinado se realiza la última emisión de moneda “Columnaria”, para dar paso, a la “de Busto”. En 1772 se ordenó la suspensión de la moneda de este tipo y se otorgó el plazo de un año para sustituirlas por las de nuevo diseño con el busto del soberano. Dice José Manuel Sobrino: “A pesar de la prohibición de continuar troquelando moneda columnaria, parece ser que ésta siguió labrándose en cantidad reducida durante el primer trimestre de 1772, según se desprende de la ordenanza de Carlos III, que estipulaba que, a partir del 29 de mayo de 1772, toda la acuñación debía ser del tipo ‘de busto’.” 2

Estas monedas pesan 27.0674 gramos y su contenido en plata es de 0.9170.

Antonio Deana Salmerón, escribió: “Las monedas de 8 Reales que indudablemente son las más atractivas fueron reducidas en su tamaño y por lo regular tienen un diámetro de 38 mm. aunque son de mayor espesor a fin de dar el peso de 27 gramos. Esto las hace lucir menos, si las comparamos con las ostentosas piezas de Felipe V y de Fernando Vi que sí lucen con el arte barroco dieciochesco”. 3

Anverso.- El escudo de León y Castilla coronado, la inicial del ensayador y el valor “8”. La leyenda “Hispan Et Ind Rex Carolvs III D.G.”.

Reverso.- Los dos mundos bajo una misma corona, sobre el mar. Las columnas de Hércules, coronadas, con el texto “Plvs Vltra”. El año y la ceca “Mo”. La leyenda: “Vtraque Vnum” (de dos, uno).


Fuentes:
1. “Los Escudos de los Reyes de España en las Monedas Coloniales de México”, versión castellana de Luis Enrique Ruiz, Sociedad Numismática de México, 1962. Págs. 82-83
2. “La Moneda Mexicana, su historia”. Banco de México, S.A., México, 1972. Pág. 40
3. “Sociedad Numismática de México, Boletín 189”, México, 2000. Pág. 37







31 ago 2009

4 Maravedís

Rescatadas del lago de Texcoco


En 1542, el virrey don Antonio de Mendoza emitió un decreto que ordenaba la acuñación de moneda de cobre en la Nueva España. La de mayor denominación, fue la de 4 maravedís.

Estas piezas fueron rechazadas por los indígenas y a pesar de la orden de usarlas como moneda corriente, eran arrojadas al lago de Texcoco. José Manuel Sobrino, apunta: “Todavía en 1545, la Audiencia de México, en carta al Rey, afirmaba su convencimiento de que la moneda de cobre debía continuarse fabricando, pero ya en 1550 los miembros del Cabildo estaban acordes en que debía suspenderse su acuñación en vista de la actitud adverse de los indígenas. Es probable que la troquelación del cobre se haya suspendido por 1551 ó 1552, pues oficialmente se le retiró de la circulación por real cédula de 1556”. 1

El mismo autor, en otra edición de su libro agrega: “Poco se sabe de la técnica de acuñación de las monedas de este periodo debido a que era uso tradicional, desde la Edad Media, que los secretos de las artes y los oficios se guardaran celosamente; los trabajadores de la casa de moneda compraban sus empleos y tenían que capitalizar una habilidad que se transmitía de padres a hijos y a costa de años de aprendizaje. No se utilizaba maquinaria; la mano de obra la proveían los indígenas y los esclavos negros, quienes hacían el trabajo rudo y sucio, en tanto que la técnica y dirección provenían de los españoles”. 2

También se hicieron monedas con valor de 2 Maravadís. Miguel L. Muñóz, escribió sobre estas piezas: “Prácticamente todas desaparecieron de la circulación. Afortunadamente, al hacer excavaciones, algunas de 4 Maravadís, muy dañadas, han sido encontradas; pero pocas, muy pocas de 2 maravadís han sido recuperadas. Esto hace de esta moneda una de las más raras y codiciadas de la Numismática Mexicana”. 3

Anverso.- Una “K” con una corona sobre ella, un león del lado derecho y un castillo del izquierdo. Bajo la letra una granada y “Mo”. La leyenda –casi siempre incompleta- “Carlovs et Iohana Reges”.

Reverso.- Una letra “I” coronada, nuevamente el castillo y el león, uno de cada lado; abajo el numeral “4” y la leyenda o parte de ella: “Hispaniarvm et Indiarvm”.


Fuentes:
1. “La Moneda Mexicana, su historia”, Banco de México, S.A., México, 1972. Pág. 22
2. “La Moneda Mexicana, su historia”, Banco de México, S.A., México, 1989. Pág. 22
3. “Sociedad Numismática de México, Boletín No. 56”, México, 1967. Pág. 67