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28 abr 2010

8 Reales Iturbide, 1822

La controvertida moneda del águila “flaca y descarnada”


El 24 de agosto de 1821, el virrey don Juan de O’Donojú y don Agustín de Iturbide, quien era jefe de las tropas realistas de la Nueva España, firmaron el “Tratado de Córdoba” con el cual se ponía fin a la guerra de Independencia iniciada en 1810 y se legalizó el Plan de Iguala.

A partir de este hecho, el país sería llamado Imperio Mexicano. Un mes después, Iturbide estaría entrando a la capital al frente del “Ejército Trigarante”, tenía como estandarte la defensa de tres garantías: la independencia, la religión y la unión, representadas por los colores verde, blanco y rojo… desde entonces colores de la bandera mexicana.

El 21 de mayo de 1822, Agustín de Iturbide fue proclamado el primer Emperador de México, reinado que sólo duró sólo diez meses.

Apunta José Manuel Sobrino: “El 11 de junio de 1822 se autoriza la acuñación de la moneda imperial… con las mismas leyes de pureza de la colonia; es decir, 875 milésimos para el oro y 902.7 milésimos para la plata”. 1

La moneda a la que nos referimos en esta ocasión, corresponde al “primer tipo” de la de 8 Reales.

Orozco y Berra, en su libro “Moneda en México”, escribió: “el primer tipo usado en 1822 presenta en el anverso el busto de Iturbide, flaco y prolongado… (en el) reverso, el águila coronada, también flaca y prolongada, vuelta hacia la derecha, con las alas cortas, aunque abiertas, ‘todo de pésimo gusto’…” 2

El mismo autor señala que ese mismo año, al no agradar el diseño de las monedas, fueron cambiadas poniendo un busto y un águila “en mejores carnes”.

Anverso.- El busto desnudo del Emperador, con la leyenda “August. Dei. Prov.”, la ceca “Mo” y en el exergo el año: “1822”.

Reverso.- El águila coronada con las alas extendidas, parada sobre un nopal y rodeada por la leyenda: “Mex. I. Imperator. Constitut.”, el valor “8.R” y las iniciales del ensayador “J.M.”

El Emperador no pudo conciliar todos los conflictos que tenía con el Congreso, así que el 19 de marzo de 1823, Agustín de Iturbide tuvo que abdicar y abandonar el país. Poco después regresó a México ignorando la sentencia que había en su contra; fue aprehendido y fusilado en Padilla, Tamaulipas.


Fuentes:

1. “La Moneda Mexicana, su historia”, Banco de México, S.A., 1972. Pág. 92
2. “La Casa de Moneda de México a más de 450 años”, Miguel Angel Porrúa, México, 1989. Pág. 91