El 26 de enero de 1979, se escribió el primer capítulo de una historia que quedaría guardada en el corazón de todos los mexicanos para siempre: la primera visita de S.S. Juan Pablo II a México.
El entonces Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, José López Portillo, recibió al Pontífice al pie de la escalerilla del avión que lo traía de República Dominicana, un país que visitó en su camino a México.
Su bienvenida por las calles de la capital, fue impresionante… miles, quizá millones de personas salieron a recibirlo y a formar una interminable valla humana a su paso.
Ese inolvidable día, mientras daba su homilía en la Catedral Metropolitana, pronunció por primera vez la frase: “México Siempre Fiel”, que repitiera en cada una de sus visitas posteriores y que cada vez que la pronunciaba, arrancaba el grito de júbilo de los fieles. Después de la Misa, ese primer día de su primer visita a nuestro país, se reunió con en Cuerpo Diplomático.
Al día siguiente, la cita fue en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en donde resaltó la evangelización mariana; luego tuvo un encuentro con religiosos y religiosas del país. La Virgen de Guadalupe también tenía un lugar especial en el corazón del “Papa viajero”.
En los días posteriores, se trasladó a la ciudad de Puebla para después de oficiar una Misa, inaugurar los Trabajos de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Fue al sureste, donde dirigió importantes mensajes a los indígenas de Oaxaca y Chiapas; al regresar a la capital, se reunió con las alumnas del Instituto Miguel Angel. Viajó a Guadalajara, ofició una Misa, se reunió con Religiosas de Clausura, fue al Santuario de Nuestra Señora de Zapopan, entre otras actividades y el día 31 de enero, antes de partir, su mensaje fue dirigido a estudiantes.
¡Pobre Papa! ¡Nunca lo dejamos descansar! …cada noche recibía serenata y la guardia permanente de cientos de fieles que tenían la ilusión de verlo pasar cuando entraba o salía de la Casa de la Nunciatura Apostólica en la colonia Guadalupe Inn.
Para despedirlo de México, miles de capitalinos salieron a sus azoteas a decirle un “hasta pronto” con pequeños espejos que destellaban los rayos del sol al paso del avión que llevaba al Pontífice de regreso a Vaticano.
El primer viaje del Papa Juan Pablo II a México, fue del 26 al 31 de enero de 1979.
Para conmemorar esta inolvidable visita, se acuñó esta medalla en plata, con las siguientes características:
Metal: Plata
Módulo: 36 mm.
Peso: 21.34 gramos
Anverso.- El busto del Papa y a la izquierda su nombre: “Joannes Paulus II” (Juan Pablo II) y bajo su imagen, la palabra latina “Totus Tuus”, que significa “Todo tuyo”.
Reverso.- Al centro la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe; sobre ella, la palabra “México” y bajo el templo, la inscripción: “Enero: 26, 31. 1979”.
Es una medalla que vale la pena tener en nuestra colección, por el gran significado que tuvo ésta y las siguientes visitas del Papa, que desde el primer momento conquistó el corazón de todos los mexicanos: Juan Pablo II.
Juan Pablo II
Primera visita a México
Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe
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Miguel Angel Villa Roiz