Es una pregunta muy recurrente en este espacio, en redes
sociales y en cualquier oportunidad que se presente: ¿Cuál es el valor de mis
monedas? ¿En cuánto puedo vender esta
pieza que me encontré? La gente quiere
saber siempre el valor de ese pequeño pedacito de historia que alguien atesoró
en algún momento, o que simplemente, en un golpe de suerte, apareció en algún
ropero después de quién sabe cuántos años.
Ante esta frecuente incógnita, considero oportuno reflexionar
un poco…
Primero que nada hay que considerar que las monedas adquieren
gran valor numismático y económico en base a tres factores principales: su
condición, su rareza y la demanda de ciertas piezas. Con uno, dos o los tres factores que cumpla
nuestro ejemplar, seguramente lograremos una importante plusvalía.
No todas las piezas que nos regalan o que encontramos
abandonadas en algún rincón, tienen un valor económico, pero sin duda sí
histórico y afectivo.
1 Peso "Caballito" 1913 |
Condición
Las monedas en alta condición son muy atractivas para los
coleccionistas avanzados. Cualquier
moneda en un estado regular o aceptable, tendrá un costo muy diferente a
aquella que conserva su brillo original, sin desgaste en los detalles ni
huellas que delaten su mal manejo.
Para poder determinar la condición de una moneda, es
necesario apoyarse en una Graduación Numismática, criterios complejos y
regularmente distintos entre un vendedor y un comprador. Existen varios métodos o criterios como el “NUMEN”, el “Cabrera”…
o el norteamericano, a cual nos referiremos a continuación:
“AG” Regular
“G” Buena
“VG” Muy
buena
“F” Fina
“VF” Muy
fina
“XF” Extra
fina
“AU” Casi sin circular
“UNC” Sin
circular
“BU” Brillante Sin circular
La dificultad y diferencia de opiniones surge, desde luego,
al momento de clasificar cada pieza, para lo cual se necesita de mucha
habilidad y experiencia.
Una buena Graduación Numismática, requiere de consideraciones
muy complejas y especializadas, como el tipo de acuñación, la pátina que
presenta, el metal utilizado, el acabado, el brillo, etc.
Es conveniente recordar que las monedas nunca se deben
limpiar, pues invariablemente disminuyen su valor.
Tomando en cuenta lo anterior, difícilmente se puede
determinar la condición de una moneda por medio de una fotografía, es necesario
siempre examinarla físicamente.
50 Centavos 1945 |
Veamos dos ejemplos:
Una moneda de 1 Peso “Caballito” 1913, en “VF” puede costar
unos 45 Dólares; mientras que en “BU”, más de 300 Dólares. Una moneda de 50 Centavos de “Maximiliano”
1866 Mo en “F” puede valer 40 Dólares y en “UNC” más de 750 Dólares.
Rareza
Hay monedas o fechas que son escasas o sumamente escasas;
éstas, desde luego, siempre tendrán un valor muy superior a las comunes.
Se dan casos que, aunque se esté dispuesto a pagar mucho
dinero por determinada pieza, simplemente no se encuentra en ningún lado: es
necesario encargarla algún vendedor o estar pendiente de si se oferta en alguna
Subasta especializada. Estas monedas
son muy cotizadas.
Por otra parte, no todos los años se acuñaron millones de
piezas, hay ciertas fechas que por su limitada acuñación, también alcanzan un
alto valor en el mercado numismático.
Veamos ejemplos:
El famoso “Peso de bolita”, 1 Peso Parral 1913, si se
encuentra puede estar alrededor de los 10 mil Dólares; un 8 Reales 1812 de
Zongolica, Veracruz, se podría cotizar arriba de los 35 mil Dólares. Estas dos monedas son muy raras.
Respecto a las fechas tomaré casos muy sencillos… casi
cualquier moneda de bronce de 2 Centavos (1905-1941) tiene un precio promedio
de 4 Dólares, pero la fechada en 1929 en buena condición, puede valer 300
Dólares. 1 Peso “Morelos” (1947-1949)
tiene un valor promedio de 7 Dólares, pero el fechado en 1949 se cotiza en más
de 2 mil Dólares.
Demanda
Muchas monedas por su tipo, diseño o características, siempre
son muy buscadas por coleccionistas, siempre hay alguien interesado en ellas,
así que en Subastas, por ejemplo, alcanzan precios muy atractivos.
Hay monedas que siempre tienen demanda, como el Peso “Muera
Huerta” 1914; el Peso “Parral” 1913… la gran mayoría de las monedas de la
Revolución Mexicana… los “Columnarios”… etc., a las que nunca les faltará un
comprador interesado.
Finalmente, para terminar esta breve reflexión, no hay que
olvidar que para todo existe un “precio de compra” y un “precio de venta”, que
también hay que considerar cuando estemos buscando en valor de nuestras
monedas.
Si después de esto sigues interesado en saber cuánto cuesta
tu moneda, una buena opción es acudir a una tienda especializada o consultarlo
en tiendas de Internet como eBay o Mercado Libre, donde te podrás dar una idea. Si tienes varias, quizá te convenga adquirir un catálogo especializado que te será de mucha utilidad, por ejemplo, el "North American Coins & Prices", de Krause Publications.
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